miércoles, 8 de julio de 2009

Un 17 de Julio...


A lo largo de todos estos larguisimos años, en los que llevo vagando por este mundo de los vivos, cada vez estoy mas segura, de que hay algo en la historia, que hace que de alguna forma este presente en casi todos los grandes acontecimientos.
El devenir de la historia me situa, sin yo quererlo frente a esos hechos, la mayor parte de veces cargados de violencia. Creo que mi vida se extinguio asi con la violencia de aquellos caballos desbocados que acabaron con ella.

El furor del principio de siglo se iva extinguiendo, pero el Mundo hervia, las cosas tenian que cambiar y Rusia ese enorme pais, donde la riqueza de unos, nos demostraba aun mas la pobreza de otros...La nobleza, vivia en ua desmesurada opulencia y el pueblo se moria de hambre, la revolucion se estaba engendrando y poco a poco fue extendiendo sus brazos para acojer entre ellos a una de las naciones mas grandes del Planeta.
Rusia estaba dominada por los zares , en aquellos años virulentos estaba en el trono, Nicolás II, nacido Nikolái Aleksándrovich Románov , nacido en San Petersburgo, 18 de mayo de 1868 y ejecutado en Ekaterimburgo, 17 de julio de 1918. Fue el último zar de Rusia hasta su abdicación, el 15 de marzo de 1917, su hermano Miguel quien rechazó el ofrecimiento, poniendo fin a la dinastía Románov.

Corria el verano del año 1918, llevaba un par de noches que mi espiritu andaba disperso por ese inmenso pais, atraida por su arte, iva de ciudad en ciudad disfrutando de todas y cada una de sus bellezas, artisticas y arquitectonicas, no obstante flotaba algo en el ambiente, algo que precedia, la transformacion que iva tener ese pais,se acercaba el cambio mas grande , en la historia contemporanea de esa vieja Europa...

Era la madrugada del 17 de Julio, tras quedarme oculta en una cripta de aquel hermoso cementerio de Ekaterimburgo, mis pasos me llevaron como siempre sin yo saberlo hasta una mansion, en uno de sus muros se podia leer el nombre de la misma Casa Ipatiev, algo me hizo atravesar sus muros, como si alguien me empujara a ello...lo que alli presencie, fue algo que nunca iva a olvidar, y supe que la historia de esa madrugada iva a tener, un antes y un despues, me hallaba en el centro mismo de la revolucion mas grande la historia...
De repente vi que estaba en una vacia habitacion, tras una gran puerta oí pasos, en aquel momento decidi hacerme no corporea, presenti que asi debia ser. En aquel momento, el zar Nicolas II, junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano, donde yo me encontraba y alli fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revolver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta.

Cuando Yákov Yurovski levanta el revolver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -" que?"- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las niñas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. El zar murió con 50 años recién cumplidos.

Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y rematada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo.

Posteriormente los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada.

Al día siguiente, Yurovski, temiendo que el rumor sobre el fusilamiento indujera a recuperar los cuerpos, ordenó su traslado y destrucción de los cadáveres por fuego y ácido y arrojarlos a piques de otras excavaciones, ubicadas 12 km fuera de la ciudad, en la mina que se llama "los cuatro hermanos".

Para la ejecución se seleccionaron doce hombres con revólveres. Dos de ellos se negaron a disparar contra las mujeres. Cuando llegó el vehículo, todos dormían. Al despertarlos se les explicó que debido a la intranquilidad existente en la ciudad, era necesario trasladarlos del piso superior al inferior. Demoraron media hora en vestirse. Abajo habíamos vaciado una pieza que tenía un tabique de madera estucado, para evitar el rebote. La guardia se encontraba en disposición combativa en el cuarto vecino. Los Románov no sospechaban nada. El comandante fue a buscarlos en persona y los condujo hacia la pieza. Nicolás llevaba en brazos a Alexis, los demás llevaban almohadillas y otras cosas pequeñas. Al entrar en la habitación vacía, Alejandra Fiódorovna preguntó: "Cómo, ¿no hay ninguna silla? ¿Ni siquiera podemos sentarnos?" (Según el relato de Yurovski, se trajeron dos) Nicolás puso en una a Alexis y en la otra se sentó Alejandra Fiódorovna. A los demás se les ordenó formar una fila. Hecho esto, llamaron al comandante. Cuando este entró, dijo a los Románov que, como sus parientes en Europa continuaban la ofensiva contra la Rusia soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales había decretado fusilarlos. Nicolás se volvió de espaldas, de cara a su familia, y luego, como recobrándose, se volvió y preguntó: "¿Qué, qué?". El comandante repitió la explicación y ordenó al comando que se preparara. Cada uno sabía de antemano contra quién iba a disparar. La orden era apuntar al corazón para evitar el derramamiento de mucha sangre y terminar más rápido. Nicolás no dijo una sola palabra más, de nuevo se volvió cara a su familia, otros lanzaron exclamaciones incoherentes. Luego comenzaron los disparos, que duraron dos o tres minutos. Nicolás fue muerto por el mismo comandante a quemarropa. Luego murieron Alejandra Fiódorovna y su séquito. En total fueron fusiladas doce personas: Nicolás, Alejandra Fiódorovna, su hijo Alexis, sus cuatro hijas: Olga, Tatiana, María y Anastasia - el doctor Botkin, el criado Trupp, el cocinero Tijomírov, el perro de la familia, otro cocinero y una camarera .

Yo estaba muerta pero, senti escalofrios durante horas, tras lo que acababa de ver...


Este relato mio, merece en si unas notas, mis recuerdos muchas veces, quedan velados por el paso del tiempo generalmente, tras esas largas conversaciones con nekrokris, esa humana con la unica que hablo y que trascribe mis historias,las cuales van saliendo a la luz...con esos momentos aveces ludicos y otros terribles.
Hace unas noches nekrokris me leyo, de un bello relato, que una amiga suya habia escrito, ubicaba la historia en Rusia en esa epoca donde la riqueza y el esplendor hacian que toda Europa tuviera los ojos puestos en ella. Eso me hizo recordar lo que aqui esta noche os he contado, le dije a nekrokris que en mi nombre le diera las gracias , a esa su gran amiga.
A si pues este relato esta dedicado a Demoniodehiel, por tocar, magicamente alguna de las fibras de mi memoria pasada. Catriona.

2 comentarios:

  1. Cuánto me ha gustado leer este relato, que de verdad es sobrecogedor... cuanta crueldad y qué manera más asquerosa y más cruel de matarlos. Siempre me ha parecido miserable el modo en el que los asesinaron, no se, una muerte siempre es una muerte, pero parece que hay maneras diferentes de matar, o eso creo yo, más dignas, ahorrando sufrimiento y miedo. No hay derecho de matar un hombre delante de su familia, y muchisimo menos unos hijos delante de su madre, eso noo tiene nombre y los que lo hacen merecen arder en el infierno para siempre. Y esas pobres criaturas... sean lo que sean no eran más que niños ¡a quien habían hehco daño en la vida?
    Un relato maravilloso krikri y nekrokris, y mil gracias por la dedicatoria, yo también me quedé conlas ganas de recordar a los Romanov al escribir San petersburgo, aunque quedase lejano en el tiempo respecto a mi relato, y agradezco un miontón la lectura. Que me ha conmovido e impresionado por igual,. no se, y el detalle de la mascota es tan... bárbarop. Supongo que sería un perro. No es más que un animal, pero denota la barbarie y la locura de esos momentos, tiraban a lo que fuera, era puro odio. Los soldados supongo que irían medio locos y obligados por tener que matar mujeres y niños, que mierda es el mundo, de verdad.
    Muchas gracias hermosa, a las dos, mi amiga viva y mi amiga fantasma, y un fuerte abrazo a ambas :)

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  2. Dioses, que comentario mas guapo, en tu relato, no faltaban los Romanov, primero porque no correspondia por la epoca, pero no hacia falta, tu relato es tan completo, que por esa razon, mi mente se traslado a ese inmenso pais, y recorde como si estuviera de nuevo ante aquellos acontecimientos...
    Gracias, a ti por visitar este oscuro lugar, amiga Demoniodehiel.
    Desde aqui yo tambien te mando un fuerte abrazo que te hago llegar atraves de nekrokris

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