miércoles, 17 de junio de 2009

Una vez en Paris....

Pues bien con esa forma impresa para moverme en este mundo, lleno de seres tan distantes a mi, una mañana soleada del mes de Octubre del año 1885, hice mia la ciudad de Paris, una ciudad alegre y luminosa donde se engendraba todo el arte de esa epoca.

Hacia el mediodia, tras un paso por las orillas del Sena, me encamine a las escalinatas, que ascienden a Le Sacre Cor, en el barrio de Montmatre, pase frente a locales nocturnos cerrados a aquellas horas, como el Salón de la Rue des Moulins, el Moulin de la Galette, el Moulin Rouge, Le chat noir, el Folies Bergère, pero mis pasos me llevaron a un pequeño café, sus paredes cubiertas de espejos, adosados a las mismas habia unas bancas, tapizadas de terciopelo, algo ajado de color Burdeos, las mesas de marmol blanco, con patas de hierro forjado en negro. En una mesa, sentado enfrascado con un carboncillo en su mano , habia un pequeño hombre, moreno con una notable barba, trzaba con fuerza sobre unas hojas de papel...la puerta del local se abrio, el aire frio del otoño parisien, invadió el local dando paso, a una exuberante mujer, por su aspecto me parecio una prostituta, habia visto varias de ellas por el barrio.

El hombrecillo de la mesa, abandono su boceto y con una agilidad soprendente, empezo a dibujar a la mujer, cuando termino recogio sus dibujos, los guardo en una vieja bolsa de cuero y se levanto de su mesa. Fue entonces cuando pude observarle, era muy pequeño casi un enano, con una malformacion en la espalda, y caminaba cojeando, cuando salio del local el camarero se desìdio de él con un "Jusqu'à la nuit, Monsieur Lautrec.

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